Excelente reportaje de Joaquien Aguirre periodista de mundod.lavoz.com.ar.
Después de tres exitosos años como director deportivo de Tala y como miembro del staff de los Dogos y el Pladar, Diego Giannantonio sintió que era el momento de dar un paso más en su carrera. Por eso, no dudó cuando a fines del año pasado le ofrecieron formalmente sumarse al cuerpo técnico de los Pumitas.
El exapertura del club de Villa Warcalde, donde salió campeón como jugador y como entrenador, integrará el grupo que comanda Gastón Conde, quien tiene a Maximiliano Bustos y Agustín Ezcurra como colaboradores.
Giannantonio, de 44 años, Pumita en 1992 junto a Julián Légora, Marcelo Fissore y Marcos Menta, se agrega a la lista de entrenadores cordobeses que tuvieron la responsabilidad de conducir seleccionados nacionales juveniles: Daniel Graco, Alejandro Oviedo, Rodolfo Ambrosio, Marcos Caldo, Damián Rotondo y Facundo Soler, entre otros.
“Me sorprendí un poco por la designación, pero a la vez me puso muy feliz. Es un lindo desafío y también un sueño también. Hace cuatro años que decidí meterme de lleno en esto, y así como la UAR ha evolucionado tanto, me permitió crecer y poder dedicarme hoy de lleno a entrenar”, cuenta el ex Puma, quien en la UAR se venía desempeñando como especialista del juego con el pie.
Los Pumitas, que el año pasado lograron un histórico tercer puesto en el Mundial de Inglaterra, intentarán superar esa marca en junio, cuando participen del Mundial en Georgia. Allí formarán parte del Grupo C, donde se medirán con Francia, Sudáfrica y el local.
–Ya hubo dos concentraciones, ¿qué porcentaje del plantel para el Mundial está definido?
–Siempre el mensaje a los chicos es que tanto los que ya fueron a otros mundiales como los que estuvieron en concentraciones y los que van a jugar el Argentino tienen posibilidades. Para no generar expectativas. Al Mundial no vamos solamente a participar. Es como en todas las competencias de cualquier seleccionado argentino. Trataremos de ir a ganar. Haremos una gira previa a Nueva Zelanda, donde iríamos con 35 chicos. Esa no será la lista definitiva, aunque va a ser un 90 por ciento.
–¿Hay presión por lo que se consiguió el año pasado?
–El tercer puesto del año pasado es un voto de confianza al plantel. Ellos saben que pueden, que estuvieron muy cerca y que si no se pasaban de vuelta en lo emocional y cometían errores podrían haber llegado más lejos. No es una presión para nada. Nosotros le hacemos la cabeza a los chicos, pero sin mentirles. Realmente estamos convencidos de que si hacemos una buena preparación, hay material y nivel para lograr algo importante. Tienen que tomarlo de esa manera. Antes que terminara el 2016 les dijimos a los jugadores que no es un mes de preparación. Son años de venir trabajando. Si queremos obtener logros, tienen que hacer un esfuerzo, tomarse unos días de vacaciones y volver con todo.
–¿Cómo se frena la ansiedad de los chicos que quieren jugar al rugby y ser profesionales?
–El mensaje siempre es el mismo, el que pasó Agustín Pichot en su momento. Ellos eligieron el rugby como un hobby y la evolución hará que algunos, muy pocos, sean profesionales. Ellos deben seguir con la facultad, el estudio es muy importante para complementarse como personas. Al rugby deben tomarlo con mucha seriedad por una cuestión de competencia y sin pensar en el profesionalismo. Estar en los Pumitas es un sueño de cualquier chico que juega al rugby. Tienen que aprovecharlo al máximo y además tienen que divertirse en sus clubes. Lo demás viene como consecuencia. Si lo hacen por un tema de plata están perdidos.
–El mensaje para los chicos es divertirse...
–Claro. Los chicos que se van a jugar al exterior y les va bien es porque nunca pierden el costado amateur, eso de jugar por la camiseta, el esfuerzo. Vos tenés que ser profesional, pero ser profesional no significa ganar plata. Significa hacer todo el esfuerzo para hacer lo mejor que puedas y a eso sumarle lo de disfrutar. Eso nos dio mucho resultado en el Tala. Lo remarcábamos todos los días. Desde el momento en que disfrutan después terminan jugando mejor.
–¿Cómo ves a los cordobeses? El año pasado fueron seis al Mundial.
–Es medio difícil, no quiero dar nombres. Todos los que están hoy convocados tienen chances. Quiero verlos después del verano. Franco Molina, por ejemplo, llegó muy agotado a fin de año y se dedicó a rendir un par de materias. Perdió peso y tiene que recuperarlo. Uno de los más nuevitos que sumamos al último, que para mí es un diamante en bruto, es Mateo Sánchez, de Córdoba Athletic. Tiene una calidad técnica impresionante, pero es introvertido y tiene que trabajar en eso. Lo más difícil es cambiar la personalidad de un jugador. Tiene que hacer un esfuerzo por lograrlo. Es un año más chico que el resto, pero puede llegar a ser convocado.
El exapertura del club de Villa Warcalde, donde salió campeón como jugador y como entrenador, integrará el grupo que comanda Gastón Conde, quien tiene a Maximiliano Bustos y Agustín Ezcurra como colaboradores.
Giannantonio, de 44 años, Pumita en 1992 junto a Julián Légora, Marcelo Fissore y Marcos Menta, se agrega a la lista de entrenadores cordobeses que tuvieron la responsabilidad de conducir seleccionados nacionales juveniles: Daniel Graco, Alejandro Oviedo, Rodolfo Ambrosio, Marcos Caldo, Damián Rotondo y Facundo Soler, entre otros.
Los Pumitas, que el año pasado lograron un histórico tercer puesto en el Mundial de Inglaterra, intentarán superar esa marca en junio, cuando participen del Mundial en Georgia. Allí formarán parte del Grupo C, donde se medirán con Francia, Sudáfrica y el local.
–Ya hubo dos concentraciones, ¿qué porcentaje del plantel para el Mundial está definido?
–Siempre el mensaje a los chicos es que tanto los que ya fueron a otros mundiales como los que estuvieron en concentraciones y los que van a jugar el Argentino tienen posibilidades. Para no generar expectativas. Al Mundial no vamos solamente a participar. Es como en todas las competencias de cualquier seleccionado argentino. Trataremos de ir a ganar. Haremos una gira previa a Nueva Zelanda, donde iríamos con 35 chicos. Esa no será la lista definitiva, aunque va a ser un 90 por ciento.
–¿Hay presión por lo que se consiguió el año pasado?
–El tercer puesto del año pasado es un voto de confianza al plantel. Ellos saben que pueden, que estuvieron muy cerca y que si no se pasaban de vuelta en lo emocional y cometían errores podrían haber llegado más lejos. No es una presión para nada. Nosotros le hacemos la cabeza a los chicos, pero sin mentirles. Realmente estamos convencidos de que si hacemos una buena preparación, hay material y nivel para lograr algo importante. Tienen que tomarlo de esa manera. Antes que terminara el 2016 les dijimos a los jugadores que no es un mes de preparación. Son años de venir trabajando. Si queremos obtener logros, tienen que hacer un esfuerzo, tomarse unos días de vacaciones y volver con todo.
–¿Cómo se frena la ansiedad de los chicos que quieren jugar al rugby y ser profesionales?
–El mensaje siempre es el mismo, el que pasó Agustín Pichot en su momento. Ellos eligieron el rugby como un hobby y la evolución hará que algunos, muy pocos, sean profesionales. Ellos deben seguir con la facultad, el estudio es muy importante para complementarse como personas. Al rugby deben tomarlo con mucha seriedad por una cuestión de competencia y sin pensar en el profesionalismo. Estar en los Pumitas es un sueño de cualquier chico que juega al rugby. Tienen que aprovecharlo al máximo y además tienen que divertirse en sus clubes. Lo demás viene como consecuencia. Si lo hacen por un tema de plata están perdidos.
–El mensaje para los chicos es divertirse...
–Claro. Los chicos que se van a jugar al exterior y les va bien es porque nunca pierden el costado amateur, eso de jugar por la camiseta, el esfuerzo. Vos tenés que ser profesional, pero ser profesional no significa ganar plata. Significa hacer todo el esfuerzo para hacer lo mejor que puedas y a eso sumarle lo de disfrutar. Eso nos dio mucho resultado en el Tala. Lo remarcábamos todos los días. Desde el momento en que disfrutan después terminan jugando mejor.
–¿Cómo ves a los cordobeses? El año pasado fueron seis al Mundial.
–Es medio difícil, no quiero dar nombres. Todos los que están hoy convocados tienen chances. Quiero verlos después del verano. Franco Molina, por ejemplo, llegó muy agotado a fin de año y se dedicó a rendir un par de materias. Perdió peso y tiene que recuperarlo. Uno de los más nuevitos que sumamos al último, que para mí es un diamante en bruto, es Mateo Sánchez, de Córdoba Athletic. Tiene una calidad técnica impresionante, pero es introvertido y tiene que trabajar en eso. Lo más difícil es cambiar la personalidad de un jugador. Tiene que hacer un esfuerzo por lograrlo. Es un año más chico que el resto, pero puede llegar a ser convocado.
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